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El corto ‘Six Men Getting Sick’ de David Lynch: el vómito como arte inaugural

El corto ‘Six Men Getting Sick’ de David Lynch: el vómito como arte inaugural
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El corto ‘Six Men Getting Sick’ de David Lynch: el vómito como arte inaugural

La primera pieza audiovisual de Lynch, una animación de vómitos en bucle que lo definió todo.

Hay películas que nacen para transgredir, que rasgan la superficie del cine convencional y se adentran en los límites más oscuros y abstractos de la creatividad. «Six Men Getting Sick» (1967), de un joven David Lynch, es una de esas piezas. Este corto, elaborado como proyecto de estudiante en la Pennsylvania Academy of the Fine Arts, encierra en un loop de un minuto una declaración de intenciones que anticipa toda la trayectoria posterior del director.

Una introducción al universo Lynchiano

En una sola secuencia animada, Lynch nos ofrece seis figuras humanas que sufren un crecimiento casi canceroso, culminando en una explosión de vómitos sincronizados. Es un acto de exorcismo visual que se repite de manera hipnótica, casi ritualista. Este uso del vómito como metáfora tanto física como estética resulta subversivo y marca el comienzo del denominado universo Lynchiano.

Transgresión y simetría en el cine

Al observar esta pieza, no es difícil trazar paralelismos con otros iconoclastas del cine experimental, como Stan Brakhage y su fascinación por lo visceral, o el surrealismo onírico de Luis Buñuel. Al igual que sus predecesores, Lynch utiliza imágenes angustiosas para desconcertar y fascinar al espectador, llevando a una reflexión profunda sobre los sentidos y el subconsciente.

Lynch y su diálogo con otras artes

Además del cine, «Six Men Getting Sick» resuena con ecos del arte pictórico y la música industrial, quienes comparten la aversión por la narrativa convencional. En particular, la simetría formal del corto y su ritmo casi musical recuerdan a las composiciones de John Cage y su desprecio por el silencio, y a las pinturas distorsionadas de Francis Bacon. La influencia que el cineasta ha absorbido y reconfigurado en su obra es vasta, y se siente aún más en su primer trabajo.

El punto de partida de un genio

Al final, «Six Men Getting Sick» es más que un simple experimento estudiantil; es un manifiesto. El corto es una afirmación audaz de la identidad creativa de Lynch, presagiando el tipo de cine que seguiría en obras maestras como «Eraserhead» y «Twin Peaks». Sin duda, el cine de Lynch pide ser digerido en más de un sentido, y este corto es el primer tragaluz que se abre a su caleidoscopio de intensas emociones y perturbadores interrogantes.