Jackie Chan rodando en España: cuando el kung-fu chocó con los jamones, las vaquillas y el esperpento ibérico. Cuando Jackie Chan pisó la Península, lo hizo girando sobre sí mismo, lanzando puñetazos a 180 bpm y esquivando coches como si los toros de San Fermín fueran de acero. España no estaba preparada, pero tampoco Jackie. Y de aquel choque salió una rareza cinematográfica, cultural y estética que merece ser desenterrada.
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Éxtasis
