El día que nunca termina: Groundhog Day y la repetición como condena y liberación
La comedia más filosófica de los 90 escondía, bajo la sonrisa cínica de Bill Murray, un tratado existencial sobre el tiempo, el tedio y la posibilidad de redención. Groundhog Day (Atrapado en el tiempo, 1993) es mucho más que la película del Día de la Marmota: es una fábula mística disfrazada de sitcom.
directores
La música de Disasterpeace para It Follows: el nuevo John Carpenter silencioso
Intriga modular en clave minimalista: el legado sónico del terror sublimado en susurros digitales. En el subyugante mundo del cine de terror, la atmósfera lo es todo. Y pocas veces un director y un compositor han logado conjugar sus visiones para crear una obra tan aterradora, fresca y estéticamente cautivadora como “It Follows” (2014). El embrujo sonoro que pervive en este filme es obra de Richard Vreeland, conocido como Disasterpeace.
‘Pi’ de Darren Aronofsky: matemáticas, paranoia y blanco y negro
Obsesión y números como maldición visual.
En un mundo donde los números son todopoderosos, Max Cohen, un solitario genio matemático, se encuentra en una espiral de patrones incesantes que revelan la brutalidad del cosmos. Darren Aronofsky nos introduce en un universo donde la matemática deja de ser una ciencia abstracta para transformarse en una odisea noir. Preparen sus mentes para una inmersión en abismos numéricos.
Satoshi Kon y el montaje mental en Paprika
En el mundo del cine de animación, Satoshi Kon es una figura reverenciada por su capacidad de explorar los rincones más oscuros y fascinantes de la mente humana. Con su película Paprika (2006), Kon no solo desafió las convenciones narrativas, sino que también revolucionó el arte del montaje cinematográfico, creando un puente entre el consciente y el inconsciente. Este examen nos lleva a través de los sinuosos pasajes de la psiquis humana, donde los límites de la realidad se disuelven en la vivacidad de los sueños.
PlayStation 2 y su campaña ‘Mountain’: el spot imposible que ganó Cannes
En un mundo donde la realidad se dobla y el surrealismo se convierte en norma, el spot de PS2 ‘Mountain’ redefine el límite de lo alcanzable en la publicidad audiovisual.
Mr. Oizo y su película Rubber: el neumático asesino que nadie pidió
Imagina un filme donde la única estrella es un neumático. Sí, has oído bien, un neumático homicida que se desliza por el polvo del desierto americano, dejando un rastro de carnicería a su paso. Este peculiar y provocador concepto cinematográfico surgió de la mente ingeniosa de Quentin Dupieux, también conocido como Mr. Oizo. Una obra que desafía convenciones narrativas y estéticas, Rubber es mucho más que la historia de un neumático asesino; es un manifiesto del absurdo cinematográfico.
Jean Rollin y el erotismo psicodélico de sus vampiras perdidas
Un viaje alucinante hacia el corazón oculto del cine de terror europeo.
En un rincón nebuloso de la historia del cine, donde lo onírico se encuentra con lo erótico, acecha la obra de un director que parece haber llegado al celuloide siguiendo un mapa estelar del subconsciente colectivo: Jean Rollin. Este maestro del horror solo tiene rivalidad en su capacidad para evocar una atmósfera que desafía tanto la lógica como la narrativa convencional. Su cine, una fusión embriagadora de belleza y terror, es un universo donde las vampiras perdidas danzan bajo lunas psicodélicas mientras las melodías etéreas crean un ritmo de místico trance.
La cámara subjetiva en ‘Enter the Void’ de Gaspar Noé
Narración a través de ojos flotantes, drogas y muerte. Una exploración a las fronteras del cine, donde la subjetividad catártica se convierte en protagonista.
El corto ‘Six Men Getting Sick’ de David Lynch: el vómito como arte inaugural
La primera pieza audiovisual de Lynch, una animación de vómitos en bucle que lo definió todo.
Corte sangriento, alma rota: Ichi the Killer o el sadomasoquismo como tragedia
Cuando Ichi the Killer (Koroshiya 1, 2001) se estrenó en festivales internacionales, las reacciones oscilaron entre la fascinación y el desmayo. En Toronto, repartieron bolsas para vómito como parte del «merchandising». En Rotterdam, hubo espectadores que abandonaron la sala. Pero el director Takeshi Miike —infame artesano de extremos como Audition o Visitor Q— nunca buscó agradar. Buscaba impactar, incomodar… y mostrar que en la herida hay belleza, aunque sea degenerada.
