Improvisación total como lenguaje sonoro.
En un mundo donde la música se ha estandarizado y digitalizado hasta extremos casi irreconocibles, existe un refugio de autenticidad y caos controlado: los sintetizadores modulares. Estos dispositivos, llenos de potenciómetros, cables y módulos de formas y funciones diversas, representan la máxima expresión de la libertad sonora.
